Según el CISPREN el oficio se encuentra en una situación crítica

El gremio que nuclea a las trabajadoras y trabajadores de la comunicación emitió un comunicado durante este miércoles 7 de junio, «Día del periodista».

En el mismo se plantean las problemáticas que está padeciendo el sector y señala a los responsable de esta coyuntura que vivimos los trabajadores de prensa.

Sin revalorización del oficio no hay garantía del derecho a la información

Este 7 de Junio nos encuentra a las y los periodistas en una de las situaciones más críticas desde la recuperación de la democracia en 1983.

Con un esquema de medios cada vez más concentrados, la aceleración pos pandemia de las nuevas tecnologías y el imparable avance de la Inteligencia Artificial, nuestro oficio ha sufrido un duro embate tanto en términos salariales, de condiciones laborales como de calidad informativa.

Los propietarios de las principales empresas periodísticas, se han encargado de desvalorizar nuestro trabajo, a modo tal que ni siquiera pagan salarios que empaten o superen la canasta básica. A pesar de las disputas  paritarias que han venido sosteniendo los gremios de prensa en el país y particularmente el Cispren en la provincia de Córdoba, nunca los resultados son suficientes para obtener ingresos que nos permitan vivir con dignidad y por ende , ejercer nuestro trabajo de la mejor manera.

Es imposible pensar que un o una periodista que tiene que correr entre dos a tres trabajos para cubrir sus necesidades básicas, pueda al final del día chequear todas las fuentes, cubrir todos los hechos y encima ser creativos/as.

Un párrafo aparte merece la situación de la mayoría de las compañeras mujeres, que además deben ocuparse de las tareas del hogar y de cuidados.

Los vertiginosos cambios generados por las nuevas tecnologías no son neutrales, ya que han provocado la atomización de las redacciones que se  han trasladado en su mayoría al ámbito doméstico (teletrabajo) y han generado  sobrecarga de tareas que afectan además nuestra salud: para poder trabajar hoy tenemos que cubrir los hechos, redactarlos, grabar, sacar las fotos, filmar, editar, hacer diseño gráfico ,conducir en radio y/o TV, realizar vivos, streamings y actualizar las webs: “todo por el mismo salario”, con jornadas sobreextendidas.

A la flexibilización laboral generada por la polifuncionalidad antes descripta se le ha sumado una mayor precarización de nuestras tareas; tanto en las empresas de comunicación privadas con fines de lucro como en los medios públicos.

Obviamente no escapamos a las necesidades de este capitalismo de plataforma que cierra con salarios bajos, con empleo no registrado y con la ausencia del Estado como organismo de control. Sin Ministerios de Trabajo fortalecidos, la pelea se torna cada vez más desigual. Sin regulación de las grandes apps, seguirán malpagando y hurtando nuestros trabajos.

De todas maneras, también hay resistencias. No sólo de las  y los comunicadores dentro de los medios hegemónicos y tradicionales, sino de las y los compañeros de la autogestión que siguen reivindicando la imprescindible distribución equitativa de la pauta oficial, que constituye esa otra paritaria, casi invisible, que hay que seguir disputando.

Nos han reemplazado por influencers, pero eso no es periodismo. Nos quieren reemplazar por la Inteligencia Artificial, pero eso tampoco es periodismo.

A pesar de todo, surgen cada día nuevas iniciativas desde las y los trabajadores de la comunicación para perforar la agenda pública, para contrarrestar las falsas noticias y para llevar la mejor información a la sociedad.

Desde el Cispren estamos convencidos/as que la salida de la crisis de la comunicación es sin duda colectiva, que se trata de organizarnos, de juntarnos para sumar fuerzas , generar nuevas ideas, todos y todas, quienes se encuentren en relación de dependencia, quienes trabajen en negro y aquéllos que se han constituído antes y ahora en cooperativas de laburantes.

Defender nuestras condiciones laborales en conjunto, repensando estrategias que rompan con la disgregación de les trabajadores,  que le cierra a este modelo de acumulación de riqueza, no es solamente una reivindicación gremial, sino la garantía del derecho a la información de toda la sociedad.

Con información veraz, sin operaciones de prensa, sin blindaje mediático con pauta pública o privada, el pueblo podrá tomar mejores decisiones.

Y nuestro oficio, el más bello del mundo, aunque hoy bastardeado por los dueños de la industria cultural y las grandes plataformas, seguirá siendo uno de los garantes del sistema democrático.

Como lo dijimos muchas veces, sin periodistas no hay periodismo. Y sin periodismo, la democracia se debilita, porque pierden las mayorías.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *