Revolución sin TACC: Lo saludable también se defiende

Desde su pequeño emprendimiento en Villa María, Stella construyó mucho más que un local de alimentos: fundó un espacio donde la salud, la inclusión y el compromiso son ingredientes esenciales.

Celíaca al igual que su hija, decidió transformar su necesidad en motor y creó una marca sin gluten que ya elabora más de 200 productos diarios, sin conservantes y con precios accesibles.

La historia comenzó en Chivilcoy, vendiendo churros sin TACC en una plaza, cuando los productos rotulados eran casi inexistentes. “No había nada para nosotros”, recuerda. Ya radicada en Villa María, y con el impulso de una propuesta del INTA, nació Sabios Sabores sin TACC, una pyme que hoy emplea a once personas y es referente en la región.

El camino fue de prueba y error, pero siempre con empatía como faro: “Soy consumidora antes que empresaria. Me pongo en el lugar del celíaco”, dice Stella, que supervisa personalmente cada preparación para evitar la contaminación cruzada. En su local no entra ni un producto sin su aprobación. “Yo sé lo que es ir a un lugar y no poder comer”, afirma.

Su emprendimiento creció sin atajos: primero sola, luego con un empleado, y ahora con un equipo consolidado. Todo lo que vende se elabora en el día, sin conservantes, y bajo un modelo de producción honesto. Además de ofrecer tortas, pastas, panes y viandas, Stella sueña con organizar talleres educativos para familias y chicos diagnosticados con celiaquía: “Hay que mostrar que se puede comer rico y seguro”.

Pero no todo es fácil. A pesar de ofrecer alimentos saludables, no recibe exenciones ni apoyos estatales. “Pago todos los impuestos como cualquier comercio. No hay políticas públicas que acompañen a los que hacemos esto sin ultraprocesados”. Y aunque alguna vez hubo un intento de impulsar un espacio colectivo bajo el lema “Villa María Saludable”, todo quedó en una reunión sin continuidad.

Mientras el mercado alimentario oscila entre el marketing y la desigualdad, Stella apuesta por la conciencia y la transparencia: “Esto es medicina para el celíaco. Lo que ves en mi local es lo que hay: natural, fresco, honesto”.

Hoy trabaja en una nueva propuesta: viandas congeladas para que sus clientes puedan planificar su alimentación semanal sin renunciar al sabor ni a la seguridad. “Educar, cuidar y acompañar. Ese es mi rol”, resume.

Stella no solo vende alimentos. Comparte una forma de ver el mundo, donde el amor y el compromiso alimentan mucho más que el cuerpo. “Mientras otros te quitan salud, yo quiero darte vida. Y eso no tiene precio”.

Fuente: Gentileza Vertices 

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